La luna es uno de nuestros símbolos más destacados y antiguos. Ha dado forma a la forma en que entendemos y rastreamos el tiempo, su movimiento controla las mareas y su ascenso al cielo señala la llegada de la noche. Tiene una marcada asociación con la feminidad y la fertilidad, ya que los ciclos menstruales femeninos duran aproximadamente la misma cantidad de tiempo que una fase lunar. Todos estos roles han cimentado su relación con nosotros, y lo vemos en la forma en que la luna se ha abierto camino en nuestros mitos y cultura.
El ciclo lunar se compone de varias fases distintas, todas las cuales tienen asociaciones con diferentes estados del ser. Estos estados reflejan una especie de camino o búsqueda espiritual, que al igual que nuestra búsqueda de nosotros mismos, nunca termina. Cuando observamos la luna, vemos reflejos del gran patrón de vida que es el nacimiento, la muerte y el renacimiento.
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Incluso si eres un escéptico perpetuo como yo, hay una especie de sentimiento efusivo, cálido y maravilloso que se evoca cuando actúas en congruencia con los ciclos de algo mucho más grandioso y grandioso que tú mismo: es como tocar los dedos. al ritmo de la música. Te hace sentir parte de algo completo, algo inconcebible, infinito y misterioso, que es un sentimiento asombroso y difícil de encontrar en estos días. Creo que, como ocurre con la mayoría de los rituales, siguiendo el ritmo de la luna amplifica el pequeño truco que nos hacemos a nosotros mismos (Jodorowsky pensó que los hechizos, los rituales y la magia tenían más que ver con sus efectos sobre el lanzador).
Cuando la luna es invisible, indica que todo se ha aclarado y es hora de tener un nuevo comienzo. Se considera un buen momento para reunir ideas, pensamientos y planificar el próximo mes.
Piense en este momento como plantar una semilla. La luna nueva te dio la oportunidad de pensar qué es lo que quieres lograr, pero la creciente creciente nos pide que lo demostremos y desarrollemos nuestra fuerza de voluntad para llevarlo a cabo.
Cuando la luna parece estar cortada por la mitad, indica que la acción está lista para tomarse. Si descubrimos algún obstáculo que bloquee nuestro camino, debemos ser firmes y superarlo.
La luna gibosa creciente está ahí cuando estamos cerca de nuestros objetivos, pero debemos evaluar su viabilidad. Quizás su deseo original no sea posible en este momento, pero sí una versión diferente.
La luna llena también se conoce como la luna de la cosecha y, como su nombre indica, es un momento para recibir los regalos de tus intenciones pasadas, e incluso de las actuales, si tienes suerte. A partir de este período, la luna irá de creciente a menguante, lo que indica que nuestro viaje debe mirar hacia adentro en lugar de hacia afuera. Si estás buscando una tirada de tarot, tenemos un pequeño adelanto de uno que está disponible en una de nuestras aplicaciones.
Si bien sus acciones y sus reacciones aún están claras en su memoria, es un buen momento para reflexionar. Esta etapa, como su espejo de cera, también es una etapa para refinar, pero esta vez, en lugar de mirar los eventos y lo que puede hacer, piense en cómo se siente. Una vez más, el período menguante se trata de mirar internamente.
Después de pensar detenidamente en su brújula interna en la última fase, ahora es el momento de liberarse y dejar de lado esos hábitos y procesos de pensamiento que lo frenan. Perdónate y límpiate en preparación para la siguiente fase.
Este es un momento de recuperación. Para estar completamente abierto al siguiente ciclo, uno debe estar completamente liberado de éste.